Leyenda de Sant Jordi. El Caballero, La Princesa y El Dragón.

Leyenda de Sant Jordi

El 23 de abril es uno de los días más grandes para Cataluña. En esa fecha se celebra Sant Jordi, una tradición que siempre va acompañada de libros y rosas. La leyenda de Sant Jordi tiene su origen en un hecho histórico, no cabe duda, pero también hay mucho misterio e invención en todo lo que le rodea.

Sin dejar de lado el peso de esta figura en el cristianismo, hoy te contamos la leyenda de Sant Jordi y el Dragón, pero te avanzamos ya de antemano que este relato es ficticio, es una fábula que fue alimentándose durante la Edad Media por los juglares que recorrían los pueblos contando fábulas. Quédate con nosotros para descubrir esta parte tan importante de Cataluña y el porqué de los libros y las flores.

Sant Jordi, una historia que se convirtió en leyenda

El verdadero Sant Jordi, o San Jorge en castellano, fue realmente Jorge de Capadocia, un soldado romano de esa provincia del Imperio que ocupa parte de la actual Turquía. Este militar se convirtió al cristianismo y pasó a ser un mártir de esta nueva religión. Vivió entre los siglos III y IV d.C. De hecho, su muerte está fechada en el año 303, el día 23 de abril.

Actualmente, se sigue manteniendo ese día como el de Sant Jordi. Durante la Edad Media pasó a ser uno de los santos más venerados del cristianismo, y no solo en esta cultura, también en la religión musulmana y en las afroamericanas.

Fue precisamente la Edad Media lo que alimentó otra leyenda, la de un Jorge enfrentándose a un dragón, y hay quien lo sitúa en Beirut (Líbano), donde San Jorge es el patrón de la ciudad. Pero otros documentos certifican que Cataluña fue el territorio donde aparece la fábula de Sant Jordi y el dragón.

Leyenda de Sant Jordi, la princesa y el dragón

Por convertirse en mártir o por derrotar a un dragón, lo cierto es que una vez más se demuestra con este caso que leyenda e historia van unidas de la mano. Y no es para menos, pues si lo que servía como canal de difusión en la Edad Media eran los cantares, tanto los de juglaría como los de clerecía.

Durante el siglo IX comenzó a hacerse popular la historia de San Jorge a caballo como vencedor de un dragón, y esa es la que ha dado pie a la tradición en Cataluña de regalar flores el 23 de abril.

En un principio, un temeroso dragón amenazaba con asolar la villa de Montblanc y los habitantes tenían que alimentar al dragón con ganado.

Más adelante, el ganado pasó a ser un sorteo de una persona, hasta que finalmente la fatídica suerte recayó en una princesa, Cleodolinda.

A la princesa no le quedó otra que enfrentarse a su cruel destino, pero antes de acabar en las fauces del dragón, el apuesto caballero Sant Jordi se enfrentó a la portentosa bestia.

Tras vencerlo, en el lugar donde cayó el dragón brotaron unas rosas rojas de un color muy intenso. Una de ellas fue el obsequio de Jorge a Cleodolinda, y desde entonces, se extendió la tradición de regalar rosas a las damas durante ese día.

El día del libro y las rosas

En Cataluña, lugar donde se cuentan todas estas historias, se suma también una tradición más moderna, la de que las mujeres regalen libros a los hombres en el día de Sant Jordi. Y eso se hace para celebrar el Día del Libro, que coincide con la muerte de William Shakespeare, Miguel de Cervantes y Josep Pla.

Y así llegamos al emotivo día de Sant Jordi con su tradición, la de obsequiar a las mujeres con rosas rojas y a los hombres con libros. Una fecha festiva que supone una jornada frenética para floristerías, puestos de ventas de rosas y librerías.